En Chile, la salud se encuentra dividida entre quiénes pueden acceder al Fondo Nacional de Salud (FONASA) de carácter público y las Instituciones de Salud Previsional (ISAPRE) de carácter privado.
Debido a la gran diferencia existente en ingresos de la población, el 80% de los Chilenos utilizan el seguro público FONASA y el 20% pueden acceder a los seguros que ofrecen las instituciones ISAPRE.
Sin embargo, ambos sistemas de salud presentan problemas, por un lado, la salud pública se ha visto sobrepasada, lo que se evidencia en la falta de hospitales y de especialistas, lo que resulta en largas listas de espera, que según datos entregados por el Ministerio de Salud, entre enero y junio de 2018, un total de 9.724 personas fallecieron mientras permanecían en lista de espera en el sistema público, lo que representa una cifra escandalosa. En cambio, en el sector privado, el mayor problema ha sido el aumento progresivo de los precios y la baja cobertura que alcanzan sus prestaciones.